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10- La huella que no se borra
Más de un siglo después de la creación de la primera Oficina de Identificación y del revolucionario aporte de Juan Vucetich, las huellas dactilares siguen marcando el rumbo de la identificación personal en todo el mundo. Hoy ya no se utilizan solo en investigaciones criminales o para identificar reincidencias. La huella digital forma parte de nuestra vida cotidiana: desbloqueamos teléfonos, accedemos a servicios, protegemos bienes y datos personales, todo con solo apoyar un dedo. Gracias a su seguridad, rapidez y precisión, la huella dactilar se convirtió en uno de los métodos de identificación biométrica más utilizados en la actualidad. Actualmente, la Policía de la Provincia de Buenos Aires utiliza el sistema AFIS (Automated Fingerprint Identification System), que permite digitalizar, almacenar, y comparar huellas digitales y palmares en tiempo real. Este sistema es clave para identificar personas y cotejar rastros encontrados en escenas del crimen. Las áreas que lo utilizan, como la Dirección del Registro de Antecedentes y la Superintendencia de Policía Científica, trabajan a diario procesando fichas dactiloscópicas, consultando bases de datos y colaborando con la justicia. Un legado que nació con tinta y papel, y que hoy sigue protegiendo a las personas potenciado por la tecnología.